Para Relajarse Leyendo

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domingo, 9 de septiembre de 2007

TERESA MARBELLA

Llevaba años buscando una ayudante joven. Joven y capaz en la pintura. Que tuviese sentido comun, no se metiese en mi vida y en fín que me ayudase a simplificar todo lo que no fuese mi trabajo.

Por mi estudio habían pasado toda clase de muchachas deseosas del puesto. Algunas, de gran belleza por cierto, casí habian conseguido quedarse con el trabajo.
Nada; me duraban dos desayunos de gritos ó una noche de borrachera. A veces, tengo muy mal humor. Ser el "Maestro" tiene su "aquel" encantador, pero tambien cierta pose inteligente, que carajo!!! me cuesta trabajo mantener. Con el paso de los años y los exitos he ido llenando mis bolsillos. Ahora puedo permitirme flojear, caminar por sueños en hamaca que duran lo que mi cuerpo les pide. Ahhhhh, yo estaba tranquilo. Si tranquilo. Al fin alguien llenaba y superaba mis expectativas domesticas y literarias. Tenía ayudante y auqnue jamas lo dire en voz alta es una persona magnifica, o lo era. Me la recomendo Mendez. Mendez es un estupido inversor sin educación ni modales. Es uno de mis primeros clientes y fiel en el tiempo.

Si quiero un capricho,solo tengo que llamarlo y en nada le coloco un lienzo. Es un snob de mierda, pero el no lo sabe y yo:Yo no se lo cuento.
Aquel día a la puerta de mi exposición "Jovenes talentos ocultos" intuii lo que iba a pasar, aquel jovenzuelo pintor de delfines la miro de una manera que nos dejo a todos helados. Bueno a todos no. La tal Claudia reia como una posesa, no se de qué, la muy relamida. Y ahora no se donde esta. Ni si va a volver. No quiero conocer su historia. Si vuelve no abriré. Le diré que el puesto es de otra. Ohhhhhhh, Por favor.. Pero, ¿donde estará?