Para Relajarse Leyendo

Etiquetas

miércoles, 12 de septiembre de 2007

Rosa - Barcelona

Cuando el ruido ensordecedor terminó y ya sólo se oia el ruido rápido y jadeante de nuestras respiraciones....y al abrir los ojos pejagosos por el polvo y las lágrimas...nos dimos cuenta que estábamos sepultados, quizás en el piso de abajo o quizás en los sótanos. Junto a nosotros habia escombros, piedras, maderas, hierros, pero nosotros nos encontrábamos bien. Oíamos gritos gemidos...andábamos un poco encorbados, debido al poco espacio de que disponíamos, con nosotros habia más gente, llegamos a contar unas quince personas. Los móviles no tenian cobertura allà abajo, ya sólo quedaba esperar. Esperar. Y fué entonces cuando Clàudia rió, reia a carcajadas como si estuviese loca, estábamos perplejos. Me tocaba con vedadero frenesí, realmente estaba loca, queria que hicíesemos el amor, me lamia las orejas, la cara. Yo la apartaba avergonzado por la situación y el momento_pero la verdad es que tenia unas ganas tremendas_. La abofeteé, cosa que nunca hubiese hecho en una mujer, ella se calmó pero no dejaba de reir.
No sé cuantas horas pasaron, hasta que Clàudia me cogió de la mano y me dijo que como era su brazo derecho habia de hacerme caso. Tenia que probarlo pués en su mirada habia esa expresión que en ella me fascinó desde el principio. La cogí de la mano y la seguí, bueno la verdad es que todos los que allí estábamos la seguimos. Casi de rodillas íbamos avanzando por caminos, si es que se puede decir caminos, estrechos, apartando maderas....Hasta que una luz cegadora nos invadió de lleno y al final de esta luz un bombero nos gritaba y nos daba instrucciones.

3 comentarios:

rosa dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Cristina dijo...

Lo siento, no doy a basto. perdonadme.

eduard font dijo...
Este comentario ha sido eliminado por un administrador del blog.