Para Relajarse Leyendo

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miércoles, 5 de septiembre de 2007

Marta - Barcelona.

Pensé que era mejor dejarlo. No empeñarme en adivinar lo que mi madre expresaba cuando pintaba, y empezar a pintar yo lo que quería transmitir, mis vagos pensamientos, mis experiéncias, mis vivencias, mis miedos, mis alegrías, mis sueños. Fué así, como liberé mi arte, cuando dejé de dar vueltas a lo que los demás veian, a lo que los demás sentían, fué así cuando empezé a pintar mi propia colección.
Mi primera obra, ...., bueno mi primera pintura que consideré como que se podía denominar obra, la creé con mis propias manos, si, literalmente con mis propias manos, con mis huellas digitales. Estaba en mi estudio, junto a una ventana con las puertas de madera, tenía una flores colgadas en ellas, campanillas moradas, fuí a regarla y sin querer tumbé unos botes de pintura que tenía encima de una pequeña banqueta que yo misma había decapado. La pintura se volcó sobre mi paleta. Al recoger los botes y tener las manos mojadas por el agua, mis manos se empaparon de pintura y no se como, la inspiración me invadió y tube las mismas sensaciones que había tenido hacía tiempo, cuando mis manos se mezclaban con el barro en las clases de cerámica de la facultad. Me dirijí hacia el lienzo blanco y apoyé mis manos sobre él.

1 comentario:

Cristina dijo...

gracias ha sido genial