Para Relajarse Leyendo

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sábado, 15 de septiembre de 2007

Luca - Barcelona

Sin apenas tiempo de digerir todo aquello que estaba viviendo, intenté situarme y ser consciente de la situación, una vez pude bajar mi mirada y enfocarla a mi alrededor, empecé a entender lo que había sucedido, antes, durante y ahora. Las calle no era calle, los edificios eran escombros, me costó ver mi inexistente portal y en un momento no solo se desmoronó mi alrededor, sino que todo aquello que yo era también desapareció. Mis libros, mis lienzos, mis recuerdos, no quedaba nada. Había ya amontonada una aglomeración de gente en los alrededores de los escombros rescatando objetos, practicando el pillaje y huyendo, como si tal cosa. Fueron unos instantes eternos en los que mi pensamiento corría para alcanzar aquello que ya no estaba. Claudia con su vestido rasgado me sonrió y me preguntó ¿Comprendes? Creo que si le dije, creo que si. Empiezo Claudia y empiezo de nuevo, no hay nada, no queda nada, ahora estoy yo. Todo es tan breve y tan eterno como queramos que sea. Vamos, se siguen oyendo gritos. Habrá que actuar.

A cada piedra que levantaba sentía como una nueva fuerza me invadía. Hasta ahora había pasado arrogante por esta vida importandome un bledo los demás, ahora, lo único que me hacía sentirme vivo era la posibilidad de ver más vidas a mi alrededor, eso me mantenía vivo y el descarado escote de Claudia, claro está

1 comentario:

Marta dijo...

Ya tenía yo ganas de leerte. No se cierra aún?.

Lo has puesto guai.